Si hay algo por lo que Marruecos despierta fascinación, es por sus grandes contrastes paisajísticos y su gran diversidad cultural. Menos de 200 kilómetros separan las playas del Atlántico de las nieves del Gran Atlas. De las agitadas medinas a la soledad y el silencio del desierto, de los refinados monumentos de las ciudades imperiales y las rusticas Kasbhas.

Contrastes también en sus formas de vida pescadores de Essaouira, artesanos en los mercados y nómadas que viven en los Oasis de Draa y Tafilalet, un mundo exótico en la puerta de entrada a África.

Hay mucho para visitar en Marruecos, sus ciudades imperiales: Fez, Rabat, Meknes y Marrakech, cada una con su estilo y personalidad. El valle de las rosas, al pie del Atlas, en la confluencia del Valle de Dades, donde florecen miles de rosales con los que se elaboran esencias y perfumes.

Pero sin lugar a dudas la mejor experiencia es vivir el desierto. Recorrerlo en camello o pasar la noche en una Jaima (tienda de pelo de camello) arropado por las estrellas y el silencio del Sahara. Allí donde el viento modela las dunas, la magia y el misterio seducen, es posible apreciar la inmensidad entre el cielo y la tierra.

Si querés vivir una experiencia diferente, sumate, salimos a Marruecos y Andalucía el próximo 25 de marzo. Te esperamos!!!

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